Hablo de los dos posibles escenarios: noche ó día.
Entonces se explica qué a ciertas horas del día hay tráfico, embotellarse.
Caminan por las calles inseguras las personas, el alumbrado toca el asfalto con la luz.
Sin embargo, no te importa a ti la inseguridad. Ahí, del otro lado.
Esa persona que espera paciente, siendo una figura/ "aunque no cuida le línea".
Cruzar, y entonces a esa silueta se añade la cartografía/ escenografía.
El público al segundo acto aplaude con sus manos, porque el primero fue maravilloso.
Porque el segundo será más intenso y fascinante.
De día, sus gestos dibujan la obra, ó el baile decora la escena.
¿Por qué la gallina cruzó la calle?
Alguien con el folio 291, admira su boleto. Los ojos se cansan de tanto signo.
¿Y quién sabe de qué más?
Qué si venía desvelado, cansado ó estresado (la palabra favorita del siglo XXI).
Al tercer acto, las manos revelan su ensoñación.
Han elegido a un hombre para resolver la interrogante que titula la obra.
291, no es el número de la suerte. Y él no es actor.
No hay que prestar atención al cruce de dos sujetos que se creen aves.
Ni modo de practicar de otras maneras, ni modo de no interactuar con los otros.
Después de todo es de noche, y su pareja le dice:
Responde, nada malo te puede pasar.
Espinosa Zaragoza Mario Alberto