domingo, 31 de octubre de 2010

Calaverita 1

Y los buenos bailarines han muerto
Bajo una taza el chango
de café, de azúcar, de sabor
endulza pa' changa
no muy de selva/ inédito horror
la calaca zangana
se viste a gala a la noche
bailaba un tango.
Espinosa Zaragoza Mario Alberto

martes, 19 de octubre de 2010

No cabe la menor duda

Dícese de las bocas cartesianistas, dícese de los seguros de sí mismos.
De los sujetos que ya se dieron cuenta que son.

-zm-

Programar la intuición de la ira.

El exoesqueleto, la posibilidad de la defensa corporal. Tavares se arranca los pelos, entonces lo observan ojos desde la derecha. La oportunidad de la defensa corporativa, casi de manos de burocracia. Se comunica la noticia, se periodiza la posibilidad de hacer la guerra. Dos tres siglos de distancia, o de inmediato el paraguas que no sirve para cubrirse de algo que explota. Primero que nada se tiene que diseñar algo para no fragmentar el cuerpo. La armadura, cubre dentro de aleación metálica, fuerte a la madera del hueso. Una bala que toca la punta del arma, el perdedor dura años pensando en la derrota. No hay necesidad de decir que no se tiene alas, porque los planeadores aparecieron con antelación de la perdida del cielo. Siempre se sigue que los aplausos y los cánticos van para el jefe. Tavares marcha bien, marchan bien las hormigas. Dúctiles, un rizoma instalado en la profundidad del primer paso del guerrero. Es cosa diminuta, ver al insecto, con la lupa que parte y estorba la descripción preliminar del ojo. Una organización de-sedentarismo-descendiente-asciende-organigrama, la parte en que la necesidad hace línea perpendicular con la especificidad. Tavares hace del techo lo más próximo, hace del cabello la exo-explosión del endo-carburador. El cerebro que reviste la sinapsis, pero una sinapsis de aquéllas. El primer fotomontaje, al ver la cara, el gesto: un ejército protegiendo su primer bandera. Ahora simboliza también, ahora se queda calvo, ahora la memoria viene con etiqueta de contingente. En definitiva la intensidad crece, nunca pudo estar visto rabioso como perro. Tavares-es como avatar-es.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

jueves, 14 de octubre de 2010

Al aman-era del abrazo

A personas que bien identifico, a su lectura, a su persona, a usted también

Cierto es que la adivinanza siempre empieza enunciando las semejanzas. Excluirse de un significado a otro, o por si la coincidencia. Lo que consiste vida, cuantitativamente, es segmentar, hacer época. El añucho, el añito, el añote, el añal, resulta que el año tiene sus respectivas similitudes con sus despectivos. Todo eso que surge que lo hace ser menos o más, ó lo citua en el tiempo. También es verdad que más cabe el festejo a la llegada de un 14 de Octubre, que de un 1 de Enero. Cierto calendario dice, que la Tierra lleva cuenta de tantos años. Entonces se desplaza la línea a una localidad, al cuerpo establece la brevedad de años. Dar a luz, y eso que cuesta trabajo temerle a la oscuridad. Jugando con los miedos, con eso que asemeja la sombra con el monstruo. No hay mucho admirador de las adivinanzas, lo descubierto mediante otros métodos. Aunque sí, hay ciertos días en que las edades coinciden, en que los lazos se tantean uno perpendicularizando el diagrama. Aún quedan algunos años para buscar alcanzar al más viejo, aunque esa pausa que uno busque vaya más allá de unas cuantas canas, que todavía no tengo. Qué sin bigote como mal mexicano. Ni en verdad usará sombrero. Antes de saber contar, uno cumple el primer año, antes de saber reproducirse, uno recibe el flashazo que lo acredita como machito. Después viene el recuerdo que rara vez olvidamos, a los buenos días. Ahí también la luz. El organismo converge en un punto de no ganar ni perder fuerza. Esa edad, un punto no hallado. Pero poco menos de lo que imagino saber contar infinitos puedo pronunciarme. Pasar por la boca palabras mágicas, de-vital-exceso. Hacía la boca de otro proyecta: la suerte de un nuevo diseño arquitectónico de la cara; arquetipo de la primera pareja. Porque uno también se fragmenta en varios grupos. Mi identidad, mis años, ese poquito de tiempo que descubre que ya soy grande y tengo la vitalidad de la lechuga, entre otras cosas. Cerrando el juego ¿En qué se parece el abrazo al aniversario? Al abrazo le sobran motivos de bienvenida, el aniversario bien es venida de todos ellos. Anexo, de fondo, el aprecio es cosa de dos.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

miércoles, 6 de octubre de 2010

Localizarse especie

La clasificación es una exclusión. Especie a las cualidades, signos con prontitud revelan. Los movimientos y el nómada; aislasionismo el animal se agrupa. Territorio sin figura geométrica, extensión creciente. Hacer estructura: el estrato, los estratitos y la asignación. Dividir puede ser derivar, hasta hacer unión en un sector: ahí hay convergencia. Puntos, la estructura no es un cuadro partido a la mitad, ni un círculo molde. El asesino, el caníbal y la protección: reducción todo esto, para sí. Hasta ciertas familias de monos toman alcohol. El mamífero como primera condición del nacimiento. Convertirse, vestigiarse por dentro. Cambian los órdenes segundos más, segundos menos. A través de las exclusiones de la figuración de un actor. Historicidad es memoria, colectivizar la memoria, hacer lenguaje. Gritar resuena la conciencia, la generación de infraestructura natural. Civilización, implante del desierto único. Apareció la clase, un fantasma nómada a pasos de viaje. Hallar la figura no es permitirse conocer un área mediante axiomas. Sedentarismo, de aquello aluden cultura. Estaba yo y el otro estrato. Soy yo, y la memoria vertiginosa, acelera tiempo. La agenciación, luego bien, la protesta: converge golpe reagrupa niega la identidad de los modelos.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

lunes, 4 de octubre de 2010

Natural exoadentros

Pensaba en los órganos de una planta
pala asesina no así la sepultura
un tallo largo símil a una cuerda
a los juegos de las mitades y de los finales hermosos
pensarse el contenido en pétalos color en valor
de color amarillo
formación imposible la escritura vertical
la raíz en caligramas. Hasta que la escritura se hace líneas transparentes
reparte como mis pies pasos al piso
largo verdoso hacer plan de semilla
de dos en tres en números que no coinciden
Aplanar es tener conciencia de que mi jardín es un espacio
localidad de agua al brillo reflejar unidad que he visto
las venas en la hoja para respirar
pues sería para otra cosa que en primero hice de los segundos
instrumento dureza y primer reblandecimiento de una rama
decolorización a lo que lo negro no está
pensaré en los órganos de un animal
contenidos en un cuerpo hay su localidad la tierra
del fósil y el ensayo esquema extensión arriba
a vistas a oídos a olfato.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

domingo, 3 de octubre de 2010

Primera propiedad del agua

A las menos producciones, a los menos mapas,
a los recuerdos pegados al lado derecho
a las manos flojas, pausadas y horrorosas
a los dos que a veces es simple acecho de acabar la pluma
el teclado, hablar de espuma:
muy bien debajo de ella, habrá la disyuntiva.
a lo que sí o lo que no. Y también me condiciono:
de tal manera llego, aguamarina
Si yo fuera pulpo produciría dobles más cosas,
a granel estamparía escritos.
quizá por el exceso de tinta, a por debajo de su medio centro.
sería/ que los tentáculos casi gruesos y pegajosos,
casi de miedo por ser exhibidos allá sobre el hielo
de un supermercado.
Sí, la vida marina presenta más colores
en ciertas localidades.
La tinta, última succión de lo borroso
de lo no claro, de la producción de textos marinados.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto