martes, 20 de septiembre de 2011

a/puntes suspensivos. (1)

Retroceder, un texto empieza ahí, deletrea una frontera. La geografía constituye elementos impersonales, todo personaje empieza desde un punto del relieve; no hay vientres, la localidad corresponde a un vacío en los orígenes. Alguien está [posiblemente] escribiendo, escribió él acerca de las líneas de curva irrecuperable. Todo segmento pareciera tener la condición de efecto en una lectura temporal, la alienación de sí es la conciencia de eso. Aparecer, los personajes se lamentan de aparecer, su figura no deja de ser una fantasmagoría y ya presentan un cuadro de síntomas potencialmente mortíferos, la aceleración no es la expresión de un correr en infinitivo, porque eso pondría toda ficción en el encuentro con un nuevo segmento de la muerte, una patología del siendo-estacionario. Ni un renacer, sin más, la resistencia es una cruza definitiva, todo texto supone una extensión del vacío de sus personajes en un estado de ánimo plástico, es decir, en posibilidad de contracción y prolongación. Hacerlo público, la inversión expresa una noción última, un límite des-ligado de la frontera, una transparencia por fin lograda del tiempo. Contar uno a uno y, con tiempo, conectar puntos para hablar de una singularidad del texto.

Pablo [J]

domingo, 4 de septiembre de 2011

Dinamitexto 4; vacío suplantado


Toda batalla aspira al momento de su vacío. ¿Qué es la soledad? Un acercamiento a la superación del aislamiento militar, racionalizar la ocurrencia para volver reflexivo el encuentro consigo mismo; un segundo momento expresa la noción abismal de vivir en reiteración. A veces la estrategia presenta los sacrificios de la conducta humana, partiendo de una sustitución del miedo a la muerte por la plena locución, el soldadito está en posibilidad de levantar un monólogo infinito que compensé la pérdida del texto microhistórico. El recurso más grande promovido por la guerra es la segmentación, una imagen que manifiesta materialmente la condición de unidad, desprendimiento de los bloques, un sedentarismo insomne, el arma que condiciona sus sentidos. Las rodillas entumidas en el acecho cronodesfasado, la trinchera compuesta de propiedades del desierto, un agotamiento del personaje hasta no permitir sus descubrimientos modales, el plástico que se desvanece para hacer la desaparición del cuerpo. Sorpresa que condiciona la exploración en un solo plano, las dimensiones aéreas, las dimensiones de subsuelo, caer ahí es ser atrapado en posición del asesino, liberar la bala para volver al encantamiento pasivo. Explota el recurso inscrito en un círculo, suena muy dentro de la imagen.

Danté Manzana