viernes, 27 de agosto de 2010

Quinto piso/ intertexto de Primeras luces de la fotografía

Suponte que a los conitos de papel les caben unos cubitos

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

martes, 17 de agosto de 2010

Bienes plásticos númericos

La asociación de 2 palmas, provoca
a 1 hombre ausente de agenciar ideas
al terminar, ahora 2 brazos
1 abrazo: su bienvenida
su conversación conduce 2 lazos
resulta 1 conclusión maniquea
burdo puede ser el encuentro de 2 admirables
tras el discurso de los pasos vueltos números
para hacer una serie de 1 apretón de manos.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

lunes, 16 de agosto de 2010

Grabar mediodías

Si un verde alrededor/ si un blanco
y negro de película/ o los efectos grandiosos
de colosal nivel/ el escenario donde se comportan
hasta los ojos del perro observan
a qué aparezcan, a qué aparezcan
las posturas de gansos nuevas/ el arte animal
si existe ensambla al rompe/cabezas de clavos
de las abejas, y la pausa a una imagen congelada/
mismo efecto: tú reminiscencia
se hablará en idioma del pájaro o la discusión aquella
de los leones/ del mosquito que pica como la abeja
así la sangre corre/ sobre otra pausa a los ojos dormir
les toca/ y no entremos al sueño, de maneras
un método caerá del cielo/ en qué los árboles chocan
y después de tanto/ donde el perro ladra
en ese lugar/ jugar la traducción de verás
como el pelo baja por tu espina/ alrededor el verde
y una sonrisa por lo qué estás pensando
ahora que luego haremos/ aquí tampoco.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

lunes, 2 de agosto de 2010

¿Qué hace usted cuándo no lee?

Cumplir una posibilidad de acciones ajenas a la lectura.

Dejar de ver letras. El abecedario qué no existe.

Desarrollar la incapacidad del alfabetismo.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

Confesión obstruida

¿Por qué tienes una manía hacía tantas vanidades?

Necesito tomar en cuenta el concepto de lo útil, evita engrandecerte con un sermón rebuscado, evítalo.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto

En el bolsillo de Salvador

Hallaste unas monedas, de sólo dos caras. Redonditas, sin ninguna imperfección, súponte qué están algo sucias. Restaba gastarselas. Comprar los bienes de un nuevo pantalón, o hacer juegos de azar: echar los volados, o dejarlas reposar bajo tierra para que nadie las hallase. Tocamos ese tema algunos días y nuestra conversación se volvía cada vez más grosera. Nos hicimos viejos, del cielo tenía que llegar una idea: a nuestras inocentes cabezas enormes, a nuestras manos de grandes, a nuestras bobadas de niños. Faltaba eso, pobre cálculo que muchos no saben hacer. Me explico; dejamos las monedas en el sótano de nuestras bocas. Compramos chicles. El lector no se confunde, hablabamos de las mismas monedas, una explicación de un pasatiempo. Ningún transfondo, súponte que después de muchos años no me gusten los chicles, a la otra cara de la moneda: ¿Preguntarle a Chava?.

Espinosa Zaragoza Mario Alberto